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Ha admitido a trámite un recurso de amparo por el señalamiento de un juicio para 2024 y advierte que los juzgados podrían estar incumpliendo reiteradamente

EFE

El Tribunal Constitucional tomará cartas en el asunto de la lentitud de la justicia. El Alto Tribunal tendrá que posicionarse sobre si el señalamiento tardío de los juicios conculca el derecho fundamental de los ciudadanos a la tutela judicial y, en este caso, qué consecuencias tiene. En una nota de prensa publicada este martes ha informado de la admisión a trámite de la demanda de amparo que el abogado Daniel Sánchez Bernal presentó contra el señalamiento de un juicio laboral para noviembre de 2024.

La notificación señala que ha decidido pronunciarse sobre el ampara “apreciando que concurre en el mismo una especial transcendencia constitucional (artículo 50.1 LOTC) como consecuencia de que la doctrina de este tribunal sobre el derecho fundamental que se alega podría estar siendo incumplida de modo general y reiterado por la jurisdicción ordinaria (…)”.

En su demanda, fechada el 21 de diciembre, el abogado expone los datos y razones que le han llevado a solicitar el amparo del Alto Tribunal. La tutela judicial efectiva y a un proceso sin dilaciones indebidas, consagrada en la Constitución, expone, incluye el “derecho a obtener una decisión definitiva dentro de un plazo razonable”.

La cruzada emprendida por este abogado sevillano contra la excesiva demora en la administración de justicia ha conseguido así una primera e importante victoria en los tribunales. Hay que tener en cuenta que solo un 10 % de los recursos presentados ante el Constitucional pasan el filtro y llegan a analizarse por los magistrados. El letrado escribía en sus redes sociales, “Hoy creo que va a ser un gran día para los justiciables. Tengo esa corazonada”. Su pálpito no se equivocaba. Recién conocida la notica, Daniel Sánchez declaraba a a este medio que “hoy han ganado la primera batalla los justiciables; yo he aportado mi granito de arena”. La primera llamada del letrado ha sido para su cliente, “y hemos llorado los dos de alegría”.